miércoles, 22 de septiembre de 2010

La masacre de El Nilo

Justicia y Paz - Versiones
Sábado, 14 de Febrero de 2009 00:00




18 años después de la masacre de El Nilo, en la que fueron asesinados 21 indígenas de la etnia Nasa, Orlando Villa Zapata, alias ‘Ruben’ o ‘La Mona’, entregó más detalles de cómo se planeó y asegura que no hubo complicidad de la fuerza publica el día de los hechos.

Orlando Villa Zapata, alias `’Rubén’ o ‘La Mona’, desmovilizado del Bloque Vencedores de Arauca, y segundo al mando de Miguel Ángel Múnera Mejía alias 'El mellizo' contó cómo un grupo de personas con la complicidad de ganaderos del Cauca masacraron a 21 indígenas de la étnia Nasa.
Alias 'Rubén', un campesino de risaralda que había llegado con sus padres a la zona de Caloto en el Cauca, aseguró que la masacre de 16 de diciembre de 1991, se realizó con el objetivo de desalojar a un grupo de indígenas que se habían tomado unas tierras de propiedad de ganaderos.
La región de Caloto en el Cauca, es considerada por la comunidad paez como uno de sus territorios ancestrales, y esta posición ha generado conflictos con los dueños de las fincas, quienes en el caso de la Finca del El Nilo en 1991, decidieron tomar justicia por sus propias manos.
'Rubén' contó que en septiembre de 1991 se conoció con otros delincuentes, conocidos con los alias de ‘Plutarco’ y ‘Caracas’ (hombres que hasta el día de hoy no han podido ser identificados por las autoridades), a quienes empezó a suministrarle información sobre los indígenas.
Más adelante, por intermedio de estos dos personajes se desplazó a Córdoba y, en una finca cercana a Cereté, se reunió con Fidel Castaño más conocido como 'Rambo' y con él discuten cómo desalojar a la fuerza a los indígenas de las tierras ocupadas.
Luego de la reunión en Córdoba, regresan a Caloto y según 'Rubén' se reúnen con Jorge Valencia, propietario de la finca El Nilo, con quien deciden formar un grupo paramilitar para desalojar a los indígenas que están en su hacienda y secuestrar a tres de ellos que son las cabezas del movimiento.
La masacre
Según el paramilitar, la operación fue organizada entre 'Plutarco' y Jorge Valencia, y en ella participaron 12 personas entre quienes estaban alias 'Caracas', Neiber, Baos y siete personas más a quienes no identificó.
Los paramilitares salieron a las 7 pm del 16 de diciembre de 1991 de la finca “La esperanza”, ubicada cerca de Caloto. De allí se dividieron en pequeños grupos que fueron a pie hasta el lugar de concentración de los indígenas.
Según 'Rubén' los indígenas los recibieron a tiros y ellos reaccionaron matando a 21 personas. Las tres personas que habían pensado secuestrar también fueron asesinadas por decisión de Plutarco. Del grupo de los doce paramilitares que perpetró la masacre ninguno salió herido. Una vez asesinaron a los indígenas y provocaron su desplazamiento, el grupo se dispersó.
Alias ‘Rubén’ huyó a Cali y el 2 de febrero de 1992 fue capturado por agentes del DAS en Río Sucio, Caldas.
Después de la captura
Durante su version libre el pasado 11 de febrero, alias ‘Rubén’, denunció que después de su captura presuntamente fue torturado por agentes del DAS, que lo presentaron en Pereira como secuestrador. Luego fue trasladado a Cali y en al tarde de ese mismo día es llevado a Bogota donde es puesto bajo las ordenes de agentes del DAS.
En Bogotá, Carlos Zuluaga y Nicolás Arévalo, trabajadores de una finca cercana a Caloto lo reconocieron como uno de los hombres que asesinó a los 21 indígenas paeces.
Alias ‘Rubén’ aseguró que agentes del DAS le ofrecieron protección a él y a su familia a cambio de una declaración firmada en la que exculpaba a Jorge Valencia, propietario de la finca El Nilo y se ratificaba la declaración de los dos muchachos, quienes hablaron de la supuesta participación de un capitán y un mayor de la policía la noche de los hechos.
Villa Zapata aceptó el trato y firmó la declaración con su huella dactilar. Relata que una vez aceptado el crimen, su familia fue trasladada de Cali a Bogota y él a una celda mejor. Sin embargo, días antes de que se publicara su confesión decide retractarse, denuncia que en la redacción presuntamente participó un fiscal y que la misma fue demandada ante la Procuraduría General de la Nación, el 4 de marzo de 1992.
Por último dijo que en la masacre no participó ningún efectivo de la fuerza pública y que de haberse hecho algún contacto alias 'Plutarco' sería quien lo habría realizado.



Ángela Davis no es una leyenda, sigue siendo una activista

SEMlac

"Las mujeres han luchado contra la violencia doméstica y sexual, han logrado leyes a nivel nacional importantes, pero pese a ello estas violencias no han disminuido, son una pandemia en el mundo entero", afirmó a SEMlac, en conferencia de prensa, Ángela Davis, la veterana luchadora estadounidense de los derechos de los afroamericanos, que visitó Bogotá del 13 al 17 de septiembre.

Ya no luce su peinado "afro" que la hizo tan reconocible, pero sí mantiene su ensortijada melena, que se bambolea a su paso decidido, o cuando acentúa con su cabeza sus afirmaciones contra el sistema carcelario, el racismo o el machismo.

Su sonrisa y facilidad de palabra siguen acompañado sus conferencias, tanto en la Universidad de California, donde es profesora de filosofía, como en las charlas que brinda en el exterior, como las que ofreció en la Universidad Nacional de Colombia, por invitación de la Escuela de Estudios de Género de esta institución.

La líder de los años sesenta en la lucha contra el racismo en Estados Unidos, alumna del filósofo Herbert Marcuse, miembro del Partido Comunista, de las Panteras Negras y perseguida por el FBI en aquellos años, hoy sigue activa lo mismo en la cátedra que en las luchas civiles.

Mujeres y feminismos 

El feminismo se ha percibido como un movimiento de las mujeres blancas. Pero Davis, en su libro Women, race and class (Mujeres, raza y clase, 1981) sostiene que éste tiene sus raíces en las luchas de las mujeres de la clase trabajadora y afroamericana, y no sólo en las de la clase media y blancas.

"En los procesos de llevar la industrialización del Norte al Sur, las mujeres son las trabajadoras de la línea de ensamble global. Así que no podemos visualizar un futuro de igualdad de género o de razas sin una lucha contra el capitalismo", aseguró Davis a sus 66 años de edad.

Ella prefiere hablar más del contexto feminista que del movimiento feminista. De hecho, se refiere a éste como una aproximación estratégica.

"Independientemente de que una mujer o un hombre se reconozcan como feministas, lo importante es que actúen desde una perspectiva feminista; es decir, que generen estrategias para abocar diferentes luchas y reúnan a mucha gente" explicó Davis.

"Una contribución del 'Black Feminism' fue pensar conjuntamente sobre temas que antes se pensaban separados. Hay que juntar luchas. Por ejemplo, las de los indígenas con las de los afrodescendientes. Eso es una estrategia feminista", acotó la activista y docente.


El racismo está vigente
Según el punto de vista de Davis, el racismo se ha transformado, pero no ha desaparecido, pese a que la presidencia de Estados Unidos esté en manos de un afroamericano.


"Es que pensamos que ya hicimos la tarea de llevar a (Barack) Obama a la presidencia y nos volcamos en la vida cotidiana, cuando ahora es el momento en que más debemos actuar para hacer presión por cosas como el retiro total de las tropas estadounidenses en Afganistán" afirmó categórica la activista.

Para Davis, el racismo está profundamente arraigado en las diferentes esferas sociales. Un ejemplo de ello, dice, es que la mayoría de la población estudiantil es blanca, mientras que la mayor parte de la carcelaria es negra.

"El racismo primero se manifiesta en las actitudes de las personas, pero más profundamente está inserto en las estructuras económicas, sociales y políticas. Por eso necesitamos un movimiento fuerte que luche por salud y educación gratuita para todos, áreas donde el racismo es fuerte" propuso Davis.

Por la abolición de las cárceles 

Iniciando la década de los setenta, Davis se interesó en el mejoramiento de las condiciones de los presos, lo que la llevó a ser involucrada en el asesinato de Los Hermanos de La Soledad.

Como se recordará, en 1973, Nolen, un afroamericano miembro de las Panteras Negras, y otros dos presos fueron asesinados por un guardia de la cárcel La Soledad, en Estados Unidos.

Posteriormente un carcelero de la prisión San Quintín mató a George Jackson, amigo y copartidario de Nolen. Según la versión oficial, Jackson intentaba fugarse y tenía una pistola. Davis, acusada de introducir dicha arma en el centro de reclusión, fue incluida en la lista "de los más buscados" del FBI, luego detenida y puesta en libartad sin cargos.

Estos hechos despertaron en ella el cuestionamiento del sistema carcelario, que desde hacía una década buscaba eliminar mediante el movimiento abolicionista. "Nos dedicamos a pensar no en cómo castigar la violencia, sino en cómo terminar con el sistema que produce violencia" puntualizó Davis.

Su participación en los movimientos sociales y su defensa de los derechos civiles fue reconocida en 2006, cuando recibió el premio Thomas Merton, un galardón otorgado a las personas que contribuyen con la paz.