viernes, 9 de abril de 2010

SOBERANÍA ALIMENTARIA, PODEMOS ALIMENTAR AL MUNDO

Esther Vivas



Aportación al taller sobre agroecología y soberanía alimentaria en la 2a Conferencia sobre Decrecimiento – Barcelona, 26 al 28 de marzo 2010.



Vivimos un contexto de crisis sistémica múltiple: económica, ecológica, alimentaria, de los cuidados, energética… Y el sistema capitalista, lejos de dar respuesta a unas crisis que él mismo ha creado, apuesta por una huída hacia delante: mayor privatización de los servicios públicos, expolio de los recursos naturales, soluciones tecnológicas al cambio climático, ayudas a las empresas privadas y a la banca. La crisis alimentaria muestra una de las caras más dramáticas del sistema capitalista actual con más de mil millones de personas en el mundo, una de cada seis, que pasan hambre, especialmente en los países del Sur. Paradójicamente, en los últimos veinte años mientras la población crecía a un ritmo del 1.14% anual, la producción de alimentos aumentaba en más de un 2%. Con estas cifras podemos concluir que en la actualidad se produce suficiente comida para alimentar a la población mundial. Pero, ¿cuál es el problema? Que si no se tienen suficientes ingresos para pagar su precio, no se come.
Las políticas neoliberales aplicadas a la agricultura en los últimos treinta años (revolución verde, deslocalización, libre comercio, descampesinización…), nos han conducido a una creciente inseguridad alimentaria. La comida se ha convertido en un negocio, un bien privatizado, en manos de un puñado de empresas de la industria agroalimentaria, con el beneplácito de gobiernos e instituciones internacionales.
Frente a esta situación, cumbre tras cumbre la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el G20, junto con las principales empresas del sector, nos dicen que para salir de la crisis es necesario una nueva revolución verde, más transgénicos y libre comercio. Nos quieren hacer creer que las políticas que nos han conducido a la presente situación, nos sacarán de la misma.
Agricultura local, campesina y ecológica Pero existen alternativas. La relocalización de la agricultura en manos del campesinado, nos permitirá garantizar el acceso universal a los alimentos. Así lo constatan los resultados de una exhaustiva consulta internacional que duró cuatro años e involucró a más de 400 científicos, realizada por la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD en sus siglas en inglés), un sistema de evaluación impulsado ni más ni menos que por el Banco Mundial en partenariado con la FAO, el PNUD, la UNESCO, representantes de gobiernos, instituciones privadas, científicas, sociales, etc, tomando como modelo el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio.
Es interesante observar como, a pesar de que el informe tenía detrás a estas instituciones, concluía que la producción agroecológica proveía de ingresos alimentarios y monetarios a los más pobres, a la vez que generaba excedentes para el mercado, siendo mejor garante de la seguridad alimentaria que la producción transgénica. El informe del IAAST apostaba por la producción local, campesina y familiar y por la redistribución de las tierras a manos de las comunidades rurales. El informe fue rechazado por el agrobusiness y archivado por el Banco Mundial, aunque 61 gobiernos lo aprobaron discretamente, a excepción de Estados Unidos, Canadá y Australia, entre otros.
En la misma línea se posicionaba un estudio de la Universidad de Michigan (2007), que concluía que las granjas agroecológicas son altamente productivas y capaces de garantizar la seguridad alimentaria en todo el planeta, contrariamente a la producción agrícola industrializada y el libre comercio. Sus conclusiones indicaban, incluso las estimaciones más conservadoras, que la agricultura orgánica podía proveer al menos tanta comida de media como la que se produce en la actualidad, aunque sus investigadores consideraban, como estimación más realista, que la agricultura ecológica podía aumentar la producción global de comida hasta un 50%.
En el ámbito de la comercialización se ha demostrado fundamental, para romper con el monopolio de la gran distribución, el apostar por circuitos cortos de comercialización (mercados locales, venta directa, grupos y cooperativas de consumo agroecológico…), evitando intermediarios y estableciendo unas relaciones cercanas entre productor y consumidor, basadas en la confianza y el conocimiento mutuo, que nos conduzcan a una creciente solidaridad entre el campo y la ciudad. En la actualidad, la gran distribución (supermercados, cadenas de descuento, hipermercados, etc.) monopoliza la cadena de comercialización de los alimentos, sacando el máximo beneficio a costa de explotar a trabajadores, campesinos, medio ambiente.
La soberanía alimentaria se demuestra, de este modo, como la mejor alternativa para acabar con el hambre en el mundo. Se trata de devolver el control de las políticas agrícolas y alimentarias a los sectores populares (campesinos, trabajadores, consumidores, mujeres…), así como su acceso a la tierra y a los bienes comunes (agua, semillas…). Una soberanía alimentaria que tendrá que ser profundamente feminista, reconociendo el papel de la mujer como garante de la alimentación a escala mundial, y luchando contra la opresión no sólo de un sistema capitalista sino también patriarcal.

Fuente: http://esthervivas.wordpress.com/2010/03/28/soberania-alimentaria-podemos-alimentar-al-mundo/

DEL DAS A LA CIA

Del DAS a la CIA


Por: Alfredo Molano Bravo


EL GOBIERNO ESTÁ DISPUESTO A REformar el DAS, un cuerpo de seguridad al servicio personal del Presidente, por la simple y sencilla razón de que su imagen en el exterior es desastrosa.

Todo régimen autocrático necesita de siniestros sistemas de inteligencia para impedir que su poder sea puesto en duda y por ese boquete se cuele la oposición. Se sigue y se persigue a los sospechosos, se elimina a los peligrosos y nunca se firman los cadáveres. O a veces sí, por la falta de imaginación o porque los supremos nunca pueden contar con lealtades a toda prueba. Pasa hoy con Noguera, el antiguo íntimo del Presidente y ex director del DAS. La reorganización del DAS es sospechosa, algo se quiere guardar en secreto.
La solución verdadera y democrática sería liquidar esa guardia pretoriana y crear un organismo respetable y profesional, controlado mediante mecanismos legales reconocidos y limpios en manos del poder civil. Pero el Gobierno no está dispuesto a dar ese paso y por eso está dando otros para entregar redondo y amarrado el DAS a la CIA. Quien organiza y reorganiza, dirige y controla. Así que vamos a tener un capítulo de la CIA nacional. O patriótico, como diría Uribe.
La CIA tiene una negra historia y está vinculada a los más tenebrosos crímenes llevados a cabo por los gobiernos norteamericanos, muchos a espaldas de su pueblo. Fue durante la guerra fría la más afilada y cruel arma contra todo lo que les oliera sospechoso a sus directores: científicos, intelectuales, poetas, magistrados, actores de cine, músicos, políticos, ciudadanos comunes y corrientes. Especialista en fraguar golpes de Estado como los de Guatemala, Cuba, Santo Domingo en los años cincuenta; Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú y Ecuador en los sesenta y setenta. Organizó la invasión por Bahía Cochinos a Cuba, el desembarco en República Dominicana y Grenada para sustituir regímenes democráticos por tiranos sanguinarios. Ha sido el cuerpo interno de los servicios de inteligencia en todo el continente. Tan brutal y poderosa es la CIA, que la DEA le teme. Más claro: mientras la DEA trata sin suerte de luchar contra el narcotráfico, la CIA lo fomenta y lo usa como moneda de cambio. Léase caso Irán-Contras.
Ahora reorganizará al DAS. ¿Qué profesionalismo puede mostrar la CIA que garantice a los colombianos siquiera un ápice de honorabilidad? El DAS, de un cuerpo de terror al servicio de un gobierno, pasará a ser un órgano de control militar de los Estados Unidos en el país, complementario de las siete bases militares que Uribe entregó a los halcones gringos.
¿Qué impedirá que compatriotas nuestros sean llevados a las bases gringas y usados como conejillos de indias para sus investigaciones sobre los límites de la resistencia humana frente a la tortura? ¿Qué impedirá la existencia de siete Guantánamos en Colombia? No es un secreto que toda la información de inteligencia de Colombia es compartida y administrada por la CIA. Pero en adelante, las acciones represivas del organismo nacional serán también compartidas. La CIA no será un asesor para la reorganización, sino la columna vertebral de nuestros servicios de inteligencia. Con la reorganización del DAS, la CIA tomará carta de ciudadanía nacional.

fuente http://www.elespectador.com/columna190129-del-das-cia

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Alfredo Molano Bravo

El Espectador


Seamos francos: el país de los Carlos, Ricardos, Robertos ya no existe. Inclusive, añado, ni siquiera el de los John Jairos o Dandenis. Hoy el reino es de los Yuserlys, Aryeys, Darlenys. Un país llamado desde hace ocho años patria.
Fue saliendo a flote poco a poco y coronó contra viento y marea. No hubo prólogos ni presentaciones. No salió de la nada. El milagro se fue sembrando en las sierras, en los valles, en las cordilleras, de abajo arriba, tumbando la selva, desplazando el café, asociándose a las vacas. Fue dominando juntas de vecinos, alcaldías, concejos, parroquias, cuarteles, hospitales, escuelas, directorios. Fue avanzando hacia el centro, hacia el hueso. Compró jueces, aduaneros, curas, sargentos, generales, gerentes. Inatajable, inapelable. Nadie pudo atajarlo. Se fue enraizando, trepando, sustituyendo, dominando.
Ni el cáncer ni el pecado ni el mismo patas han sido tan avasalladores. Fue corrompiendo todo lo que tocaba, todo lo que se le oponía, todo lo que se le cruzaba. Hasta que enterró el país. Costó. Costó mucho. No se ha hecho el arqueo de lo que costó porque a nadie le importa. Sólo en el Catatumbo cobró 9.000 vidas. Pero habría que sumar y sumar y sumar: La Negra, Honduras, Mejor Esquina, Trojas de Cataca, Guachicono, La María, Mapiripán, El Naya, Macayepo, El Salado.
Y los otros muertos, los asesinados a mansalva, los tiro a tiro. Coronaron. Sus héroes fueron promovidos, exaltados, condecorados, entronizados. Verdaderos patriotas de la nueva patria. Administradores ejemplares de votos y balas y plata. Fundaron una patria donde sólo valen los negocios. Los buenos para los ricos; los malos para los otros, para nosotros, para los electores. Todo debidamente garantizado por las armas, las oficiales y las otras, las asociadas. Todas bien pagadas.
El país ha optado. No nos quejemos ¿Podríamos quejarnos? ¿Quién oye? ¿A quién le importa? Echaron mano de una borrachera para justificarse. Se optó por la sangre, la corrupción, el gamonalismo, el favoritismo, la unanimidad. Los cooperantes, las recompensas, las chuzadas, hacen su agosto y llevan ocho. Una vez más, hemos elegido a la misma perra cambiándole la guasca.
¡Qué más da! La suerte está echada y ellos han pasado el Rubicón. Nada los detendrá. No retrocederán. No hay vuelta de hoja. La hoja la tienen —y afilada— sobre nuestra nuca. Al que se mueva lo decapitan. Mientras los negocios prosperen; mientras la bolsa se hinche; mientras se lleven carbón, petróleo, agua, oro, no habrá paz ni en los sepulcros y esa será la patria que hereden nuestros hijos.
Uno no puede creer —pero ya es hora— que sean ellos los que han sacado las pistolas, los que ahora dicten la ley, interpreten los códigos, cuenten los votos y se les siga creyendo, votando por ellos, eligiéndolos para que haya más negocios turbios o no; para que reporten más falsos positivos —al fin vienen desde el 84—; para que cuenten más desaparecidos que nunca aparecerán porque están enterrados, desmembrados y —lo peor— olvidados. Las repartijas y las rebatiñas están a la orden, son el orden.
¿A quién se le ha ocurrido la idea del Estado? ¿A quién le importan los derechos? ¿Quién los defiende si al fin y al cabo son “pura politiquería”?
Hemos llegado a la fase superior de la barbarie, el estado de derecho de las chequeras. Los intereses creados han creado su propio Derecho, lo imponen a su manera y para su provecho exclusivo. ¿Qué más esperamos? Inclinémonos ante la realidad: el país que quisimos está muerto. Nos han derrotado.
Nos quedarán ojos para mirar, pero ¿quién hablará en voz alta? ¿Los verdes? ¿Los grises? ¿Los tornasolados? Y entonces: ¿quién los oirá? Apaguemos y vámonos. Pero ¿para dónde? ¿En qué lugar del mundo se desgajan aguaceros como los nuestros? ¿En qué lugar del mundo se taburetea sin ton ni son a la sombra de un almendro? ¿En qué lugar se descuera del prójimo con tanta gana y con tanta inocencia? ¡No, ni modo!
Puerto Leguízamo, 18 de marzo de 2010.

Fuente: http://www.elespectador.com/columna194160-pin-pan-pum